EL ABORTO TERAPEUTICO:
¿Qué se debe hacer cuando peligra la vida una madre
embarazada? En primer lugar hay que distinguir entre el mal llamado aborto
"terapéutico" y el "aborto indirecto". El aborto
"terapéutico" es un aborto directo porque directamente legran al bebé
no nacido como medio terapeutico para salvar a la
madre, cuando no hay otras alternativas para salvarla a ella y a su bebé no
nacido. Ya que este embarazo viene con problemas diagnosticos que pone en peligro a la vida de la madre.
Distinto es el caso del "aborto indirecto", que en
realidad no es un aborto en el sentido verdadero de la palabra: no es un aborto
directamente provocado. Se trata del caso en el que la vida de la madre
embarazada corre un peligro inminente, y la situación es tal, morirían tanto la
madre como él, ya que antes de que llegase el momento de la viabilidad, se
produciría la muerte de la madre y el bebito moriría también. La situación
también es tal que el médico tampoco tiene otra alternativa para salvar a los
dos, si la hubiera, tendría que recurrir a ella. Entonces el médico no tiene
más remedio que intervenir, tratando siempre de salvar a ambos (al bebé no
nacido y a su madre). Si en ese proceso el bebé muere como un efecto no
directamente causado ni querido por el médico, entonces no hay por qué culpar a
nadie. Se trata de un "aborto indirecto", y aunque ciertamente es una
tragedia, no es algo moralmente imputable.
Obsérvese que no estamos hablando de una excepción a la
prohibición del aborto directo o provocado. El aborto directo o provocado no
tiene excepción alguna. El caso del que estamos hablando aquí es, como ya hemos
señalado, un "aborto indirecto", tanto en la causa como en la
intención. Por consiguiente, se trata de un caso completamente distinto y que
por tanto cae fuera de la norma que prohíbe, de forma absoluta, la destrucción
directa de un ser humano inocente.
Hay que observar también que, en el caso del "aborto
indirecto", no se trata de que el médico escoja entre salvar al bebé no
nacido o a su madre, se trata de optar por salvar las dos vidas. Si a consecuencia
de tratar de salvar a las dos vidas, muere una, ello no depende de la opción
del médico.
Veamos los casos de embarazos ectópicos, es decir, de
embarazos fuera del útero. De todos los embriones ectópicos, el más frecuente
es el tubárico. Este se produce porque las trompas no tienen sana su fisiología
o su anatomía. Ello puede ser causado por inflamaciones tubáricas, que a su vez
son causadas por abortos provocados anteriormente que dan lugar a infecciones.
También pueden ser causadas por enfermedades de transmisión sexual; por el uso
del
dispositivo intrauterino (DIU o IUD), que dicho sea de paso,
es abortivo; etc. Al ocurrir esto, el grosor interior de la trompa disminuye, permitiendo
que pase el espermatozoide y fecunde al ovocito, pero no permite que pase el
ovocito fecundado o cigoto (o sea, el nuevo ser humano) por la trompa hacia el
útero, sino que queda atrapado en la trompa y al crecer la rompe y muere el
embrión y puede morir la madre, si no se detecta a tiempo.
En la época pre-ultrasonido generalmente se hacía el
diagnóstico cuando la trompa ya se había roto. Ahora se puede diagnosticar con
más frecuencia y antelación con el niño vivo dentro de la trompa. Es entonces
que se crea el dilema ético y se aplica el principio del "doble
efecto", que en este caso implica sacar un órgano enfermo dentro del cual
hay un niño vivo y corre peligro la vida de la madre.
Sin embargo, hay que valorar en qué medio se está. No es
igual un embarazo tubárico en un centro médico donde se tiene la tecnología
adecuada que en otro donde no se tiene. Por otra parte, hay que valorar la
posibilidad de que ese embrión tubárico en vez de reventar la trompa sea
expulsado hacia la cavidad abdominal, produciéndose así un embarazo ectópico
abdominal. En esos casos el embarazo puede llegar a término y nacer el niño
vivo por laparotomía en muy pocos casos.
Pero aunque el niño permanezca en la trompa, con la
tecnología moderna, ha habido casos en los que se ha llevado al niño de la
trompa al útero y consecuentemente se ha salvado al niño. Esto sería la forma
ideal y correcta de tratamiento del embarazo ectópico tubárico, ya que se
salvaría el niño, además de la madre. Pero, lamentablemente, requiere técnicas
y equipos no disponibles en todos los lugares del mundo. Donde sí los haya,
estos medios se deben emplear, se trata de un grave deber ético.
Pero, lamentablemente, no en todas partes se cuenta con lo
necesario para ello y el índice de muerte materna por embarazo tubárico es muy
elevado y los niños que nacen a consecuencia de un embarazo ectópico es muy
bajo y muy pocos sobreviven. Aunque hay que respetar toda vida humana, la
situación inmediata de la mujer en un embarazo ectópico es mucho más grave que
la de una mujer embarazada en el caso, por ejemplo, de un cáncer de útero, en
el cual sí se pueden salvar a ambos: madre e hijo no nacido con la tecnología
de que se dispone en la actualidad en prácticamente todos los lugares del
mundo.
En estos casos creo que hay que dejar, a la libertad de
elección a la madre y/o esposo familiares. No podemos decidir por los demás ya
que esta medre que pudo ser violada y ultrajada viva eternamente esclavizada
por un embarazo no deseado. LIBERTAD PARA LA MUJER DE DECICIR SU VIDA Y DE SU
FAMILIA.
(Art:12: Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU) Nadie será objeto de
injerencias arbitrarias en su vida privada y de su familia...